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Mostrando las entradas de mayo, 2024

ALMAZÁN Y TIRSO DE MOLINA

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  ALMAZÁN Y TIRSO DE MOLINA J UAN: Tío y señor, mozo soy y mozo fuiste; y pues que de amor supiste, tenga disculpa mi amor. Y pues a decir me obligas la verdad, oye y diréla. Yo engañé y gocé a Isabela la duquesa. PEDRO: No prosigas, tente. ¿Cómo la engañaste? Habla quedo, y cierra el labio. JUAN: Fingí ser el duque Octavio. PEDRO: No digas más. ¡Calla! ¡Baste! Perdido soy si el rey sabe este caso. ¿Qué he de hacer? Industria me ha de valer en un negocio tan grave. Di, vil, ¿no bastó emprender con ira y fiereza extraña tan gran traición en España con otra noble mujer, sino en Nápoles también, y en el palacio real con mujer tan principal? ¡Castíguete el cielo, amén! Tu padre desde Castilla a Nápoles te envió, y en sus márgenes te dio tierra la espumosa orilla del mar de Italia, atendiendo que el haberte recibido pagaras agradecido, y estás su honor ofendiendo. ¡Y en tan principal mujer! Pero en aquesta ocasión nos daña la dilación. Mira qué quieres hacer. JUAN: No quiero daros disculpa,

MENSAJES OCULTOS EN EL DIARIO DE BURGOS DEL 15 DE ABRIL DEL 2024

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MENSAJES OCULTOS EN EL  DIARIO DE BURGOS   DEL 15 DE ABRIL DEL 2024 Recortando palabras del Diario de Burgos del pasado 15 de abril, nuestros alumnos de 1ºESO F encontraron estos mensajes secretos, que son metáforas. Leedlos dos veces y dejaros llevar por la belleza de lo que dicen.  

LA CIUDAD DE SORIA Y ANTONIO MACHADO

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  LA CIUDAD DE SORIA Y ANTONIO MACHADO  A UN OLMO SECO Al olmo viejo, hendido por el rayo y en su mitad podrido, con las lluvias de abril y el sol de mayo algunas hojas verdes le han salido. ¡El olmo centenario en la colina que lame el Duero! Un musgo amarillento le mancha la corteza blanquecina al tronco carcomido y polvoriento. No será, cual los álamos cantores que guardan el camino y la ribera, habitado de pardos ruiseñores. Ejército de hormigas en hilera va trepando por él, y en sus entrañas urden sus telas grises las arañas. Antes que te derribe, olmo del Duero, con su hacha el leñador, y el carpintero te convierta en melena de campana, lanza de carro o yugo de carreta; antes que rojo en el hogar, mañana, ardas en alguna mísera caseta, al borde de un camino; antes que te descuaje un torbellino y tronche el soplo de las sierras blancas; antes que el río hasta la mar te empuje por valles y barrancas,  olmo, quiero anotar en mi cartera la gracia de tu rama verdecida. Mi corazón esper