ALMAZÁN Y TIRSO DE MOLINA
ALMAZÁN Y TIRSO DE MOLINA J UAN: Tío y señor, mozo soy y mozo fuiste; y pues que de amor supiste, tenga disculpa mi amor. Y pues a decir me obligas la verdad, oye y diréla. Yo engañé y gocé a Isabela la duquesa. PEDRO: No prosigas, tente. ¿Cómo la engañaste? Habla quedo, y cierra el labio. JUAN: Fingí ser el duque Octavio. PEDRO: No digas más. ¡Calla! ¡Baste! Perdido soy si el rey sabe este caso. ¿Qué he de hacer? Industria me ha de valer en un negocio tan grave. Di, vil, ¿no bastó emprender con ira y fiereza extraña tan gran traición en España con otra noble mujer, sino en Nápoles también, y en el palacio real con mujer tan principal? ¡Castíguete el cielo, amén! Tu padre desde Castilla a Nápoles te envió, y en sus márgenes te dio tierra la espumosa orilla del mar de Italia, atendiendo que el haberte recibido pagaras agradecido, y estás su honor ofendiendo. ¡Y en tan principal mujer! Pero en aquesta ocasión nos daña la dilación. Mira qué quieres hacer. JUAN: No quiero daros disculpa,