NO ES NO. CASTILLEJO DE ROBLEDO (SORIA) Y LA HORRIBLE AFRENTA DE CORPES. Estaba el Cid con los suyos en Valencia la mayor y con él ambos sus yernos, los infantes de Carrión. Acostado en un escaño dormía el Campeador, ahora veréis qué sorpresa mala les aconteció. De su jaula se ha escapado, y andaba suelto el león, al saberlo por la corte un gran espanto cundió. Embrazan sus mantos las gentes del Campeador y rodean el escaño protegiendo a su señor. Pero Fernando González, el infante de Carrión, no encuentra dónde meterse, todo cerrado lo halló, metióse bajo el escaño, tan grande era su terror. El otro, Diego González, por la puerta se escapó gritando con grandes: "No volveré a ver Carrión." Detrás de una gruesa viga metióse con gran pavor y, de allí túnica y manto todos sucios los sacó. Estando en esto despierta el que en buen hora nació y ve cercado el escaño suyo por tanto varón. "¿Qué es esto, decid, mesnadas? ¿Qué hacéis aquí alrededor?" "Un gran susto no