LA CIUDAD DE SORIA Y ANTONIO MACHADO

 LA CIUDAD DE SORIA

Y ANTONIO MACHADO 

A UN OLMO SECO

Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo
algunas hojas verdes le han salido.

¡El olmo centenario en la colina
que lame el Duero! Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina
al tronco carcomido y polvoriento.

No será, cual los álamos cantores
que guardan el camino y la ribera,
habitado de pardos ruiseñores.

Ejército de hormigas en hilera
va trepando por él, y en sus entrañas
urden sus telas grises las arañas.

Antes que te derribe, olmo del Duero,
con su hacha el leñador, y el carpintero
te convierta en melena de campana,
lanza de carro o yugo de carreta;
antes que rojo en el hogar, mañana,
ardas en alguna mísera caseta,
al borde de un camino;
antes que te descuaje un torbellino
y tronche el soplo de las sierras blancas;
antes que el río hasta la mar te empuje
por valles y barrancas, 
olmo, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida.
Mi corazón espera
también, hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera.

                                                              Campos de Castilla, ed Cátedra (2008)



Antonio Machado llegó a Soria en 1907 tras haber aprobado una cátedra para ser profesor de francés en un instituto de la capital. Al poeta, acostumbrado al ajetreo de la capital le costó mucho adaptarse a la vida de provincias. Es más, le cuenta en una carta al mismísimo Rubén Darío que piensa opositar para una plaza que hay en el instituto de san Isidro en Madrid, pero no lo llega a hacer nunca. Probablemente la razón fuera la pequeña Leonor, la mujer de la que se enamoró y con la que contraerá matrimonio dos años después, bajo la enérgica crítica por la diferencia de edad del sector más conservador de la ciudad. 


Se conocieron en la pensión donde vivía y que era regentada por Ceferino Izquierdo, sargento de la Guardia Civil jubilado, y su mujer Isabel Cuevas. Era la mayor de sus tres hijos, de trece años. Hasta finales de 1908 no se decidió a pedir el noviazgo. El 30 de julio de 1909 se celebró la boda en Soria. Solo tres años después, el 1 de agosto de 1912, falleció Leonor, a causa de la tuberculosis, y Machado, desesperado, abandonó Soria y pidió traslado a Baeza.






Los poemas dedicados a Leonor representan una parte íntima y dolorosa de la obra de Antonio Machado. Estos versos reflejan la experiencia de Machado durante la enfermedad y muerte de su esposa, Leonor Izquierdo. Uno de los poemas más notables en este contexto es "A un olmo seco," escrito en Soria el 4 de mayo de 1912.

En este poema, Machado utiliza la metáfora de un olmo seco para expresar su esperanza y deseo de la recuperación de Leonor. El poeta observa cómo, a pesar de estar aparentemente muerto y seco, el olmo muestra signos de vida con la llegada de las lluvias de abril y el sol de mayo:

 Mi corazón espera

también, hacia la luz y hacia la vida,

otro milagro de la primavera.


En otro poema, un romance, recogerá con gran dramatismo el mismo momento de la muerte de Leonor:

Una noche de verano
—estaba abierto el balcón
y la puerta de mi casa—
la muerte en mi casa entró.
Se fue acercando a su lecho
—ni siquiera me miró—,
con unos dedos muy finos,
algo muy tenue rompió.
Silenciosa y sin mirarme,
la muerte otra vez pasó
delante de mí. ¿Qué has hecho?
La muerte no respondió.
Mi niña quedó tranquila,
dolido mi corazón,
¡Ay, lo que la muerte ha roto
era un hilo entre los dos!


Machado lamenta que la muerte no se haya fijado en él. Lo mismo le decía en una carta a su amigo Unamuno: «La muerte de mi mujer dejó mi espíritu desgarrado. Mi mujer era una criatura angelical segada por la muerte cruelmente. Yo tenía adoración por ella; pero sobre el amor, está la piedad. Yo hubiera preferido mil veces morirme a verla morir, hubiera dado mil vidas por la suya. No creo que haya nada extraordinario en este sentimiento mío. Algo inmortal hay en nosotros que quisiera morir con lo que muere».


Tras la muerte de Leonor, el 1 de agosto de 1912, escribe varios poemas llenos de dolor, soledad y emoción. 

Señor, ya me arrancaste lo que yo más quería.
Oye otra vez, Dios mío, mi corazón clamar.
Tu voluntad se hizo, Señor, contra la mía.
Señor, ya estamos solos mi corazón y el mar.


En otros la esperanza y la desesperanza luchan en el interior del poeta. Por ejemplo, en este:

Dice la esperanza: un día
la verás, si bien esperas.
Dice la desesperanza:
sólo tu amargura es ella.
Late, corazón... No todo
se lo ha tragado la tierra.


O en este otro:

 Soñé que tú me llevabas
por una blanca vereda,
en medio del campo verde,
hacia el azul de las sierras,
hacia los montes azules,
una mañana serena. 

  Sentí tu mano en la mía,
tu mano de compañera,
tu voz de niña en mi oído
como una campana nueva,
como una campana virgen
de un alba de primavera. 

¡Eran tu voz y tu mano,
en sueños, tan verdaderas!... 

Vive, esperanza, ¡quién sabe
lo que se traga la tierra!


Ya en Baeza, el poeta evoca las tierras de Soria y sueña con su mujer. El sueño no tardará en romperse: la tristeza, el dolor, la soledad y la amargura atenazan al poeta.

 Allá, en las tierras altas,
por donde traza el Duero 
su curva de ballesta
en torno a Soria, entre plomizos cerros
y manchas de raídos encinares,
mi corazón está vagando, en sueños...
  ¿No ves, Leonor, los álamos del río
con sus ramajes yertos?
Mira el Moncayo azul y blanco; dame
tu mano y paseemos.
Por estos campos de la tierra mía,
bordados de olivares polvorientos,
voy caminando solo,
triste, cansado, pensativo y viejo.



En Soria encontrará el amor, la inspiración para buena parte de su obra poética y la desolación por el amor perdido.

 La ciudad le rinde un homenaje con un recorrido por los lugares más emblemáticos de su estancia en esta localidad: el aula donde impartió clases, la pensión donde conoció a su esposa, la tumba de Leonor, San Polo y San Saturio, etc. Un paseo precioso por la ciudad que permitirá conocer un poco mejor la capital soriana y a Machado.

 

http://guiadesoria.es/patrimonio/rutas-culturales/924-ruta-machadiana-en-soria-capital.html 


Y si quieres leer más, aquí te dejo un enlace donde podrás seguir disfrutando de este poeta: https://www.educa.jcyl.es/crol/es/recursos-educativos/analisis-poemas-campos-castilla-antonio-machado




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