Poema de Fernán González

 El Monasterio de San Pedro de Arlanza. Cuando un azor y un caballo cambiaron el destino de Castilla.

Poema de Fernán González 

" Entonces era Castilla un pequeño rincón,

Era de castellano Montes de Oca mojón,

E de la otra parte Fitero el fondón,

Moros tenían a Carazo en aquella sazón”

Tenía don Fernando un mudado azor,
no había en Castilla otro igual ni mejor,
también un caballo que fuera de Almanzor:
Tenía de todo ello el rey un gran deseo

El rey, tenía ganas de llevárselos,
le dijo luego al conde que los quería comprar.
—«No los vendo señor, mas mándalos tomar;
no os los quiero vender, pero sí os lo quiero regalar.»

El rey dijo al conde que no los tomaría,
pero que el azor y el caballo se los compraría,
que de aquella moneda mil marcos le daría
por el azor y el caballo si dárselos quería.

Llegaron a un acuerdo, hicieron un negocio,
fijaron para el pago un día señalado;
si el haber no fuese aquel día pagado
siempre fuese cada día al gallarín doblado.

Cartas por ABC partidas allí hicieron,
todas las condiciones allí escribieron,
al final de la carta los testigos pusieron
a cuantos presenciaron el trato y lo vieron.

Un buen caballo el rey había comprado,
mas le salió en tres años muy caro el negocio:
con la riqueza de Francia nunca sería pagado,
por eso perdió el rey Castilla, su condado.

Fueron todas las cortas desconvocadas y cerradas,
las gentes castellanas todas volvieron a casa
fueron todas las gentes del rey bien despedidas,
volvieron a sus tierras de donde fueron venidas. 

El monasterio de San Pedro de Arlanza, con su impresionante entorno natural, juega un papel importante en la historia y la literatura de Castilla:  uno de sus monjes, en el siglo XIII, realizó una reescritura de un antiguo cantar de gesta que circulaba por Castilla, dedicado a exaltar la figura del conde Fernán González y su lucha por la independencia de Castilla. Esta versión adaptada refleja las nuevas formas cultas del Mester de Clerecía, en contraste con el Mester de Juglaría de la época anterior.

El monje clérigo, en su adaptación, optó por presentar a Fernán González como un héroe profundamente piadoso, lo que servía para establecer un vínculo especial entre el conde, Castilla y el monasterio de San Pedro de Arlanza. Este enfoque religioso buscaba resaltar la importancia del monasterio en la historia de Castilla y su conexión con la fe cristiana. El único manuscrito que ha llegado hasta nosotros de esta adaptación se encuentra en la Biblioteca de El Escorial, aunque está bastante deteriorado debido al paso del tiempo. 

El poema consta de 160 estrofas y comienza con una introducción que resume la historia de España, desde la llegada del cristianismo hasta la caída de los visigodos. Luego, se centra en narrar la vida completa del conde Fernán González, combinando datos históricos con elementos legendarios, una característica común en la literatura medieval.

Dos de las historias más famosas del poema son la profecía del ermitaño de Arlanza, que llevó a la fundación del monasterio por parte del conde, y el episodio de la venta del caballo y el azor al rey de León, don Sancho. Este último evento marcó el inicio de la independencia de Castilla y es el episodio que se menciona en el texto anterior.

Es importante destacar que en la época medieval, el azor era un ave de caza muy valorada, utilizada por la nobleza en sus actividades de cetrería. Además, el caballo mencionado en la historia pertenecía a la raza hispano-árabe, conocida por su elegancia y velocidad, y era muy apreciado entre la nobleza cristiana.

Como no fue efectivamente pagado, llevó a una acumulación de intereses que el rey no pudo pagar y así, el rey don Sancho, como forma de saldar su deuda, concedió la independencia a Castilla.

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