DE QUINTANALARA A GALLEJONES: FELIZ DÍA DE LAS BIBLIOTECAS.

 ¿TODAVÍA NO CONOCES EL BIBLIOTEJO DE GALLEJONES O LA BIBLIOTECA DEL POTRO DE QUINTANALARA?



El amor por la lectura y el deseo de fomentar la cultura pueden superar cualquier obstáculo, incluso en los lugares más remotos y pequeños del mundo. Ejemplo de ello es Quintanalara, una diminuta pedanía de Burgos, ubicada a 36 kilómetros de la ciudad  y que cuenta con tan solo 10 habitantes permanentes. En este pueblo, donde no existen farmacias, bancos o tiendas, la pasión por los libros y la determinación de su comunidad han dado lugar a una asombrosa biblioteca con más de 16000 títulos.

La historia de esta biblioteca se inicia gracias al esfuerzo conjunto del concejal de Cultura, Román de Pablo, y el alcalde, Rubén Heras. Su idea era reunir hasta 10,000 libros mediante donaciones para crear una biblioteca propia que promoviera el bookcrossing y utilizara libros de segunda mano que los visitantes pudieran tomar y reemplazar con otros propios. Sus expectativas se superaron con creces. 

La biblioteca es espectacular. Ser trata de una edificación de piedra rehabilitada donde se situaba el antiguo potro del pueblo. En su interior, miles y miles de libros que esperan ser leídos por los residentes del pueblo y los viajeros que pasen por allí, en una disposición que respeta con gran armonía la arquitectura tradicional. El pueblo y su biblioteca bien merecen una visita.


    Pero la historia de la pasión por la lectura en lugares remotos no termina aquí. En las Merindades de Burgos, en el pueblo de Gallejones de Zamanzas, se encuentra otra joya llamada Bibliotejo. Este es un autobús biblioteca que se encuentra permanentemente estacionado junto a un tejo milenario en el parque natural de las Hoces del Alto Ebro y el Rudrón. La idea de esta biblioteca campestre es obra de Luis Markina y Emilia Curiel, dos entusiastas de la lectura.

   La idea de Bibliotejo es simple pero inspiradora.  El interior del autobús está diseñado con estanterías y asientos para la lectura y reuniones, mientras que en el exterior, la artista Eva Zaragoza ha creado dibujos que hacen referencia a la lectura y la naturaleza. Lo más sorprendente es cómo obtienen la energía para iluminar el espacio y cargar dispositivos electrónicos: a través de pedaladas en una bicicleta conectada a un alternador.

   Es otra de las evocadoras bibliotecas, enclavadas en espacios mágicos, que acerca la lectura a los lugares más recónditos de la provincia de Burgos.

¡Os animo a visitarlas!

Y si conoces alguna otra, por favor, cuéntanoslo.

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