Carilda Oliver Labra

 

Allende los mares.

Plan de poesía IES Pintor Luis Sáez (Burgos) 22/23


CARILDA OLIVER LABRA




Una mujer escribe este poema

Una mujer escribe este poema
donde pueda
a cualquier hora de un día que no importa
en el siglo de la avitaminosis
y la cosmonáutica
tristeza deseo no sabe qué
esperando la bayoneta o el obús
una mujer escribe este poema
sin atributos
a desvergüenza y dentellada
fogosa inalterable arrepentida pudriéndose
caemos por turno frente a las estrellas
todos tenemos que morir
no hay nada más ilustre que la sangre
una mujer escribe este poema
qué estúpida la vida que divide sol de sombra
el crepúsculo pasa
acumulándose al final de las azoteas
supimos de pronto de una trombosis coronaria
existes soledad
sonó una bomba
vean si se han roto los lentes de contacto
una mujer escribe este poema
separa quince pesos para el alquiler
mi amigo viejo
se desprende del mediodía por la próstata
bailamos
sigue la preparación combativa
no pasarán
una mujer escribe este poema
como quien ha perdido el tiempo para siempre
creo en el corazón de Denise Darval
hemos ganado porque morimos muchas veces
parece que tengo un derrame de sinovia
no hay tiempo para la poesía
de veras que los frijoles se han demorado en hervir
te juro que mañana presentaré el divorcio
una mujer escribe este poema
como hay fantasmas a las siete en mi pecho
entablillé una rama a la areca que está triste
mamá tú no sabes la falta que me haces
si suena la alarma aérea
recojan a los niños que duermen en la cuna
voy a guardar este retrato del Ché
como calló el canario traje un tenor a casa
una mujer escribe este poema
cargada de ultimátums
de pólvora
de rimel
verde contemporánea lela
entre el uranio
y
el cobalto
trébol de la esperanza
convaleciente de amor
tramposa hasta el éxtasis
tonta como balada
neurótica
metiendo sueños en una alcancía
ninfa del trauma
jugando a no perder la luz en el último tute
una mujer escribe este poema.

Clarilda Oliver Labra, Antología poética, Ed. Visor de poesía, (2005)





CARILDA OLIVER LABRA

Érase una vez una hermosa poeta cubana llamada Carilda Oliver Labra (1922 – 2018) que enamoró a todos los isleños. Desde entonces, estos no pudieron desprenderse ni de su vitalidad, ni de su erotismo, ni de ninguno de sus sonetos. Por toda la isla se repiten los versos de su soneto más conocido: Me desordeno, amor, me desordeno, que forman ya parte del acervo popular.

Carilda Oliver Labra (1922 – 2018) ganó el Premio Nacional de Poesía cubano en 1950 con su libro Al sur de mi garganta con 26 años. Por el contenido de algunos poemas y la fama de femme fatale que se labró en la isla, se la quiso encasillar dentro de una poesía erótica. Ella siempre se defendió de estas acusaciones, consideraba que habían surgido más del mito de su imagen que de una lectura seria de su poesía. Estas historias les pasan solo a las mujeres hermosas que tienen que demostrar doblemente su valía.

El poema que os propongo rebate la teoría de su poesía como algo banal. La poeta se identifica con todas las mujeres y todas ellas, forman esta larga lista de luchadoras, en un mundo difícil de entender.Si te ha gustado esta poeta, no dudes en leer el siguiente poema: Carilda.

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